03 febrero 2009

Quiero escribir un cuento...

Quiero escribir un cuento. Quiero escribir un cuento porque cuando niña escribía. Quiero escribir un cuento porque creo que soy capaz de hacerlo.
Quiero escribir un cuento pero no se me ocurre un tema apropiado. Pienso en cuentos de niños. Pienso en jirafas que hablan, en ratoncitos que ayudan a leones, pienso en todas aquellas fábulas que leí cuando niña y siento que no soy capaz de inventar algo asi. No puedo escribir un cuento para niños.

Quiero escribir un cuento para jóvenes. Pero, ¿que hacen los jóvenes que podría representarlos? ¿Qué podría interesarles?. Si yo leyera un cuento, ¿de que tipo me gustaría?. Probablemente de terror. Y no puedo evitar pensar en Stephen King; pero yo no puedo escribir como Stephen King; nadie puede escribir como él, o como Poe. Y tampoco quiero escribir un cuento de terror porque no tengo la imaginación necesaria para hacerlo. No puedo escribir un cuento para jóvenes.

Entonces, voy a escribir un cuento para adultos. Pero, los adultos no leen cuentos. Leen novelas. Leen el diario, ven películas. Pero no leen cuentos. Y ¿cuáles serían los temas para adultos?. ¿Sexo? ¿Política? ¿Economía?. Creo que tampoco escribiré un cuento para adultos.

Si no puedo escribir un cuento ni para niños, jóvenes o adultos, entonces, te escribiré un cuento a ti. Y como todo cuento, empezará de la siguiente manera.

Érase una vez una muñeca. Tenía la cabellera rubia, ondulada y los ojos verdes. Miraba pasar su vida sintiendo que no la estaba viviendo. Sintiendo que el tiempo pasaba sin dejar rastros. Que las personas pasaban y se iban sin mirar atrás. Sintiendo que cada día era igual al anterior. Un día su pena fue tan grande que sus ojos se destiñeron y perdió toda la alegría que alguna vez, en su infancia tuvieron.

Un día, exactamente igual al anterior, la muñeca pensó que no podía seguir de esa manera. Y decidió cambiar; pero cuando estuvo a punto de hacerlo, se arrepintió. Y siguió viviendo la vida sin vivirla. Hasta que meses más tarde alguien decidió tomar la decisión que ella nunca tuvo el valor de tomar. Y la vida de la pequeña muñeca cambió para siempre.

Al principio, la muñeca se sintió perdida. Sintió que su vida había cambiado y que sería incluso peor de lo que era. La muñeca sintió que toda la culpa era de ella y de sus ojos sin vida. De su sonrisa sin alegría. Y que nadie nunca la querría de nuevo.

Pero entonces, llegó a su vida un personaje que mantendremos en el anonimato. Lo llamaremos el amigo. La acompañó y la apoyó y ella dejó de sentirse sola. Y dejó de sentir que los días eran iguales. Y dejó de sentirse culpable. Él la miraba como si ella fuera la muñeca más linda de todas, como si el mundo desapareciera a su alrededor. Él la hacía reir, y ella a él. Y se volvieron más amigos que nunca. Y la muñeca sintió que la alegría volvía a ella.

Hasta que un día, los ojos de la muñeca volvieron a brillar, y se volvieron verdes otra vez. Y cada vez que lo miraba, sus ojos parecían más grandes y felices que nunca. Cada vez que miraba al amigo, confidente, al hombre que la miraba de vuelta con una sonrisa, sentía que los días ya no eran iguales. Que las semanas cambiaban. Que las horas no eran un tedioso tic tac del reloj. Que el tiempo ya no estaba de su contra. Y... cuando sus ojos se llenaron nuevamente de vida, la muñeca se enamoró.

Y ahora la muñeca vive feliz. Sus ojos están llenos de vida y su sonrisa de alegría. Sus labios están llenos de besos, su cuerpo lleno de caricias. Su boca llena de palabras de amor, y sus oidos llenos de susurros. Sus brazos llenos de abrazos, su voz llena de risas, su mente llena de buenos momentos, su futuro lleno de proyectos. Y la muñeca volvió a ser feliz. Gracias a ti.

Y este cuento ha llegado a su fin. No se si es para niños (el personaje es una muñeca), para jóvenes o adultos, lo que si se es que es una historia de amor. Una historia que la pequeña muñeca quiere seguir viviendo, y yo también.


1 comentario:

Unknown dijo...

Me senti seriamente identificado con el relato mi amor =P

Los dias pasan sumamente rapido a tu lado,pero sin ti; son lentos y aburridos.

Me he acostumbrado a tener a alguien que se ria de las cosas que digo (es realmente dificil encontrara xD), de apreciar constantemente cuan hermosos pueden llegar a ser tus ojos y de que tan prendados puedo estar de ellos.

Quiero volver a disfrutar del simple hecho de estar cerca tuyo, de abrazarte y decirte al oido lo mucho que te amo.

No veo el segundo en el que pueda renovar con lujo de detalle los colores con que mi mente se acuerda todo el dia de ti.

Andrés